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Reparación del hormigón: estabilizar y regenerar

Son varias las razones que explican el éxito del uso del hormigón en la edificación: es un material  económico, es fácil de usar, se adapta a cualquier forma física y estética, y es totalmente compatible con los hierros de la armadura.

Tiene una larga durabilidad, pero no infinita: las condiciones climáticas a las que estará sometido y su correcta o no ejecución en obra son factores que influirán en su rápida o no degradación.

La degradación del hormigón normalmente se inicia por la oxidación de la estructura de hierro. Entra humedad por el hormigón y al llegar al hierro de la estructura lo oxida. El óxido provoca que la sección del hierro aumente de volumen, provocando una presión desde el interior que acaba por romper y desprender la capa cubre-hierro de hormigón.

La reparación de este hormigón tiene dos fases:
1º.- La estabilización del hierro: antiguamente era imprescindible eliminar mecánicamente todos los restos de óxido. La realidad nos demostró que esta ardua labor no se realizaba con total eficacia, con lo que la reparación no surgía el efecto esperado. Actualmente se aprovecha el mismo óxido para proteger al hierro de la estructura. Es decir, los “primers” actuales, como el Fix-Repar Anti-Oxid, aplicados con brocha directamente sobre el óxido, lo estabilizan, evitando así futuras corrosiones. Este método de protección se define técnicamente como pasivación anódica.

El Fix-Repar Anti-Oxid seca a las 3 horas de su aplicación virando a un color azul-negruzco.

2º.- La regeneración del hormigón desprendido: una vez pasivado convenientemente el hierro, se procede a regenerar el hormigón. Para ello debemos usar morteros preparados específicamente para esta labor. Son morteros que cumplen toda una serie de requisitos todos ellos muy importantes:    deben tener elevadas resistencias mecánicas, deben tener una retracción controlada, deben tener un módulo de elasticidad lo más similar al del hormigón, deben de ser de naturaleza alcalina para proteger a las armaduras, etc. Nuestro fabricado FIX-REPAR cumple estas especificaciones y muchas más: tiene excelente adhesión, elevadísima resistencia a la abrasión y es de fácil trabajabilidad incluso sin usar encofrados.

Una buena reparación, es la que apuesta por la prevención. Por ello, es muy recomendable aplicar como capa de acabado, una pintura protectora. Esta pintura evitará la entrada de humedad en el hormigón; su posterior carbonatación y una nueva oxidación del hierro. Es una medida básica de protección para conseguir máxima durabilidad en nuestras estructuras de hormigón armado.